EN CONTRA DE LOS AMIGOS CON DERECHO

ESTOY EN CONTRA de los amigos con beneficios, de esas relaciones idílicas que, supuestamente, logran juntar lo mejor de dos mundos: amistad increíble e intimidad física sin tener que rendir cuentas. ¿Por qué? Pues debería ser obvio con mi primera frase, no creo que existan quienes logren esto con éxito. Entonces pues, son idílicas, perfectas y utópicas como el unicornio más increíble que jamás nadie vio.

No es tema de moral, sino de balance, porque solo con tener la idea de que tal vez uno sea el primero que sí logre la relación de amigos con derechos perfecta, donde nadie termina herido, ni deja de ser amigo de nadie, te vas dando cuenta de la cantidad de factores en los que hay que pensar para que esto funcione.
Solo podrías cruzar el límite de la intimidad con alguna amistad si estuvieses seguro de que no caerías jamás en sentimientos románticos, porque si alguien cae, se acaba todo. O sea, idealmente sería un amigo con quien tengamos buena química en personalidad y buena química física también, pero que tenga alguna característica, alguna cosita, que nos haga decir sin dudarlo “No la hago” y al mismo tiempo ¡quieras hacértelo aún!

Otro punto es la comunicación. Encontrar un amigo que se comunique y con el que nos comuniquemos de la forma más clara. Siempre siendo directos y poniendo en la mesa nuestras expectativas, exigencias y límites de forma concisa siempre. La experiencia me ha enseñado que cuando uno no quiere hablar de ciertas cosas, es porque sospecha no estar en la misma página que la otra persona, y ese factor es fundamental en una amistad con beneficios, sino volvemos al círculo vicioso donde uno quiere algo distinto que el otro, o donde simplemente uno quiere más que el otro, y eso, nunca funciona.

Puede que lo logres y se te ocurra el amigo perfecto con el que intentar esto, pero todavía hay algo más en qué pensar: ¿Tienen muchos planes sociales juntos? ¿Comparten muchos amigos en común? ¿Este amigo es parte de tu grupo base o nuclear? Si la respuesta es sí, entonces tenemos que estar segurísimos de que no nos va a molestar que nos vean coquetear o verlo a él gilear en estas situaciones.

No creo que exista la amistad con derecho exitosa, que se acaba sin heridas y sin marchitar la amistad previa, y es porque tampoco creo en medias naranjas y príncipes azules. Yo más bien pienso que hay compatibilidades y grados de química, que en la vida uno se cruza con personas muy distintas con las que uno puede tener muchísima compatibilidad. Creo en un enamoramiento racional, donde la atracción física es absolutamente complementada por la atracción intelectual, emocional y psicológica. Entonces, no puedo entender cómo podría alguien tener un gran amigo con quien se ponen checks en varios de estos puntos, además de tener una intimidad física compatible, y, aun así no sentir cosas más profundas con el tiempo. Pensar en este tema me hace pensar en la tele, cuántas películas y series se mofan de la ingenuidad del personaje que piensa que él sí va a lograr esa relación de amistad y sexo perfecta. Pienso en Seinfeld y la amistad alucinante y cercanísima entre Jerry y Elaine, y si ellos no pudieron lograr que se vuelva incómodo, entonces qué chance podríamos tener nosotros. Creo que tratar de volver una amistad en una relación, sin rendirse cuentas ni tener exigencias, es de ilusos, así que definitivamente no creo en los amigos con derechos.

Gabo Pecanas
Gabo Pecanas
¡Hola! Soy Gabo, empresario y mentor. En mis artículos, comparto mi experiencia en el mundo del emprendimiento y los negocios, ofreciendo consejos prácticos para ayudar a los hombres a alcanzar sus metas profesionales y personales.

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